El llegar a tener alguna angustia por perderse un plan o el gusto de estar en casa aprovechando el tiempo en lugar de estar en una fiesta son síntomas de que una persona puede sufrir de FOMO o JOMO.
Al final cada persona debe ser cuidadosa de su tiempo personal.
Pero es que hay personas que sienten la obligación de cumplir con todas las fiestas y reuniones a las que son invitados, mientras que hay otras que gozan de la sensación de que todo siga igual con su ausencia en el evento.
Es a raíz de esas sensaciones que nacen el Joy Of Missing Out (JOMO), es decir el goce por quedarse en casa, y su opuesto el Fear Of Missing Out (FOMO) el miedo a perderse los planes.
El FOMO trasciende diferentes generaciones y culturas en gran parte con las millones de cuentas activas en Facebook, Twitter e Instagram.
Quienes principalmente se sienten identificados con la expresión son el 70% de los jóvenes que nacieron entre 1982 y 2004, de acuerdo con un estudio conducido por la agencia especializada en mercadotecnia J. Walter Thompson Worldwide.
Entre los catalizadores más identificables del FOMO están los memes virales, los trending topics, los eventos con hashtag y el estatus de influencer, es decir el no poderse sumar a las tendencias y challenges.
En oposición al FOMO está el JOMO la alegría de perderse los planes y las tendencias virales, es decir el síndrome está enfocado a todos aquellos que creen que las personas no deben tener la necesidad de apuntarse a todos los eventos.
También se encuentra placer en no cambiar los planes originales por otros que parezcan más apetecibles o, simplemente, no hacerlos y disfrutar de nuestra propia compañía.
El consejo psicólogos, como Laura Cornejo, es el poder aprender a estar solos y también a disfrutar de ello con la autoestima y la calidad del tiempo que se pasa con los demás.
Cuando estamos solos, nos relajamos, cargamos las pilas y nos damos más oportunidades para reflexionar sobre nosotros mismos, lo que nos permite comprender nuestras emociones y desarrollar, y también la capacidad de entender las de los demás, es decir, la empatía.
