El género pop surgió en la década de 1950 como una derivación de la “popular music” y encontró sus raíces principalmente en el rock and roll que dominaba la escena musical en Estados Unidos y el Reino Unido. Su objetivo principal era conectar con las masas a través de melodías pegajosas y letras accesibles.

Con el paso del tiempo, el pop comenzó a nutrirse de otros géneros como el soul, el blues y la música disco, lo que permitió una constante evolución sonora. Esta mezcla de influencias dio forma a un estilo versátil que se adapta a las nuevas generaciones sin perder su esencia comercial.

Hoy, el pop es uno de los géneros más influyentes a nivel global, capaz de definir tendencias, movimientos culturales y estilos de vida. Desde los clásicos hasta las nuevas estrellas del mainstream, su transformación continúa marcando el ritmo de la industria musical.