El tercer episodio de ‘Gossip Girl’ ha salido y el drama continúa en el Upper East Side. Con el estreno de Aaron, la adaptación de Tito Andrónico, el drama familiar se vuelve a hacer presente.
Jules y Max aprovechan para desenmascarar las relaciones de sus respectivos padres. David, el padre de Jules, le ha estado escondiendo a su hija que tiene una novia, la cual conoce en una noche de fiesta.
Por otro lado, Max, quien es hijo de una pareja gay, descubre que uno de ellos, Pops, está en una app de ligue y al parecer piensa engañar a su esposo.
Ambos hijos planean que sus padres se encuentren en una situación incómoda y exponer su mentira. A su vez, Max, empieza a molestar a Audrey y Aki por lo sucedido entre ellos, poniendo incomodo el noviazgo de ellos dos.
Otro personaje que empieza a tomar un poco más de fuerza es Luna, se le ve interactuando con Zoyla y comienza a revelar sus verdaderas intenciones, ¿es en verdad amiga de Jules?, ¿o sólo está con ella porque le conviene?
Al mismo tiempo, el tercer episodio de ‘Gossip Girl’ pone en jaque a los maestros. La junta directiva del colegio quiere exponer quién es responsable de la cuenta y de los posts que están revelando las vidas privadas de los alumnos; por lo que, a pesar de poner cierta protección, los orilla a hacer algo de lo que después podrían arrepentirse.
La tensión va creciendo y de las cosas positivas de este episodio es como confrontan a los personajes con sus secretos. Muy al estilo de ‘Gossip Girl’, empieza a llevarlos a un límite del cual después es difícil regresar; el problema es: si al llevarlos tan lejos puedan regresar a un punto en el que se puedan reconocer.
Mientras que unos personajes ganan fuerza otros se quedan planos e irrelevantes mientras los episodios avanzan, dejando ver sus lados más vulnerables, sus defectos e inseguridades en un lugar donde todo debe ser perfecto.
Al final, ‘Gossip Girl‘ recuerda que, aunque el mundo sea un escenario, en el Upper East Side la obra no importa, todo está en la ejecución.