En su natal Colombia, una niña, hija de madre bióloga y padre doctor, llevó la musicalidad a la familia, y a pesar de algunas dudas, su madre la impulsó a tomar ese camino, metiéndola al coro apenas a los 7 años y regalándole su primer instrumento a los 12, una guitarra de nailon hecha en Bucaramanga, así comienza la historia de Soy Emilia, quien ahora se encuentra nominada a mejor artista nuevo en los Grammy Latino.
“Fue como andar en bicicleta, como si hubiera sido músico en mi otra vida”
Desde sus primeros acercamientos a la música, Soy Emilia destacó por la comodidad y destreza que mostraba, ganando solos en el coro al que pertenecía y ensayando todos los días con su guitarra a pesar de no tener la obligación de hacerlo.
Tiempo después conoció un instrumento que cambió su vida, un instrumento infravalorado en la industria musical pero que es la base en cualquier canción, el bajo eléctrico. Desde el momento en que lo vio, Soy Emilia sintió una enorme curiosidad y a pesar de que no era “normal” ver a una chica tocando el bajo, regresó a casa y pidió su primer bajo eléctrico.
“Cuando lo quería tomar el profesor me dijo que no, y yo pensé, ¿cómo de que no? Desde ese momento comencé a tocar el bajo”.
Ya en la universidad, se enfrentó al primer choque por ser una mujer bajista ya que en un grupo de 30, ella era la única chica que tocaba el bajo. Afortunadamente y gracias a la educación que recibió eso no tuvo importancia, de hecho le ayudó a darse cuenta que el talento es lo que habla, no importa si eres hombre o mujer y que instrumento tocas, si sabes hacerlo y lo haces con el corazón, llegarás lejos.
Al graduarse de la universidad, Soy Emilia se enfrentó al reto de componer sus canciones y definir un concepto, algo que sin duda es un desafío para cualquier artista. Dio mano de dos géneros que toda la vida la acompañaron, el electropop latino de artistas como Javiera Mena o Francisca Valenzuela y la música psicodélica colombiana de ‘Los Pirañas’.
“Mis primeras composiciones fueron como un Frankenstein, un monstruo que hasta la fecha sigue en proceso de armado. Busqué tener un discurso distinto, quería chocar, decir las cosas que no se estaban diciendo, ser políticamente incorrecta. Me tardé exactamente 2 años y 4 meses para sacar mi primera canción”.
En el camino y gracias a su talento y buena vibra, Soy Emilia ha conocido a diferentes artistas y amigos con los cuales ha trabajado, en este viaje de muchos años, ha compartido proyectos y escenarios en diferentes partes del mundo. Una de las consecuencias de tanto esfuerzo y años trabajando, es su primera nominación a los Grammy Latino.
Actualmente, Soy Emilia se encuentra feliz y con muchas ganas de seguir trabajando, durante la pandemia, trabajó en un EP en donde colaboró con amigos y colegas que reversionaron algunas de sus canciones, este material verá la Luzbel 16 de octubre.
Talento, buena vibra y ganas de crecer, son algunas de las miles de características de Soy Emilia, quien a pesar de llevar ya algunos años, apenas está escribiendo una historia que dejará huella en la industria musical.