Desde hace unos años Disney se ha encargado de hacer live-action de sus mejores clásicos, aunque es en la última década que han generado mucho éxito para la marca gracias a películas como ‘Beauty and The Beast’, ‘Aladdin’ o ‘The Lion King’, las tres tuvieron éxitos en taquilla aunque no las mejores críticas de la audiencia, ya que a mucha gente le comenzó a parecer cansado escuchar tanta música. Con la idea de seguir produciendo live-action, se tienen que preguntar, ¿Debería Disney quitar la música de sus clásicos? Nos dimos a la tarea de hacer un análisis y comprobarte ¿Por qué los live-action de Disney deben seguir siendo musicales?
Para empezar tenemos que hacer una serie de puntos que nos van a explicar a grandes rasgos la importancia de la música en el cine:
- Ambientar una historia en un tiempo y lugar determinado. Prescindir de la música no sería buena opción para Disney ya que sus canciones no solo nos hablan de lo que pasa con un personaje, también nos ponen en contexto de la situación cultural y social que ocurre en cada una de sus historias.
- La personalidad de los personajes. Esto es un elemento clave en los clásicos de Disney, ya que nos describen lo que siente, lo que piensa y el por qué de los actos que realiza cada uno de los personajes, todo por medio de una canción.
- Darnos mensajes más digeribles. Es un hecho que aveces los mensajes dados en un diálogo no pueden tener el mismo impacto que en una canción, ya que pueden llegar a ser pesados e incluso la audiencia se puede perder en el camino, al contrario que con una canción, ya que se te puede quedar grabada en el subconsciente.
- Implicar emocionalmente al espectador. Una de las claves de Disney, y que más adelante desarrollaremos, las emociones que te provocan una canción van mucho más allá del discurso más imponente de todos los tiempos.
Walt Disney conocía de manera perfecta el impacto musical en los seres humanos, ya que se dedicó a estudiar diferentes teorías en los cuales se explica el impacto fisiológico y psicológico que tiene la música en la gente. La más importante es la de la profesora Elizabeth Margulis, quien en su ensayo ‘On repeat: how music plays in the mind’, asevera que “gran parte de la música que escuchamos ya la conocíamos”. Esto no quiere decir que hayamos escuchado la misma canción, sino que los sonidos, los instrumentos, la estructura musical, la estructura de la voz o alguna otra característica, que han llegado a nosotros de manera fisiológica por el oído y subieron a nuestro cerebro, se convirtieron en recuerdos por las sensaciones o las acciones que hacía mis en ese momento (apropiación psicológica) y es justo por eso que una canción se vuelve en nuestra favorita, asocias tus recuerdos con los sentimientos.
Otra de las razones por las que los los live-action de Disney deben seguir siendo musicales es que Walt Disney fue el primero que nos presentó un musical, porque sabía que al momento de consumir sus películas, la música iba a jugar dos papeles: nos iba a generar sentimientos debido a nuestros recuerdos sonoros, y además, se iban a plantar sensaciones que se atesorarían de por vida. El claro ejemplo es el concepto de repetición, que aparece en la mayoría de las composiciones para Disney y que Elizabeth Marguilis, en su ensayo mencionado, aseguraba que era el éxito para que una canción se quedara en nuestra memoria (algo así como el rock, pop, hip hop, reggaeton y prácticamente toda la música contemporánea).
No cabe duda que la música en las películas de Disney son un elemento clave, y esto no se da solo porque si, ya que los compositores de dichas canciones han seguido puntos claves para lograrlo:
- Música y melodías hechas para todos: Todas las canciones de Disney cuentan con progresiones musicales muy sencillas, lo que hace que sean muy digeribles para público de todas las edades.
- Los temas se presentan en dos versiones: primero orquestal y luego cantadas: la versión orquestal va apareciendo a lo largo de la película, te va preparando para cuando llega el momento cumbre de la versión cantada ya estés familiarizado con la misma.
- Las estructuras se adecuan al pop del momento: Disney ha hecho películas desde 1937 (Blancanieves), hasta la fecha. Y cada una de las canciones tiene un guiño a la música del momento. Por ejemplo: las canciones de las antiguas princesas se escribían con una estructura de Valls (3/4), las canciones de ahora, como ‘Libre Soy’, cuentan con una estructura totalmente pop (4/4).
- Letras muy fáciles de retener: uno de los grandes aciertos es conocer a su audiencia, y así como el lenguaje en sus películas, las canciones cuentan con letras sencillas de entender, además de que los fraseos son muy cortos, lo cual no exige a la memoria de los niños que escuchan.
- “Micky Mousing”: Una de las cosas con gran éxito que implementó Disney y que incluso se convirtió en un estilo de musicalizar películas es el “Micky Mousing”, concepto en el cual se musicaliza cada paso, cada brinco, cada una de las cosas que suceden en una secuencia.
Teniendo todo esto en cuenta, sería un grave error que los ejecutivos de Disney decidieran quitar las canciones o en su defecto reducirlas ya que no cabe duda que son parte de su ADN, y mucho más importante, parte del éxito que los han llevado a ser la gran corporación que son. Es por eso que los live-action de Disney deben seguir siendo musicales.