Los remakes en live-action de las películas animadas clásicas de Disney, han demostrado ser extremadamente rentables, pero todo parece indicar que el estudio se ha a aferrado a hacerlas, tras pasar por un mal momento en la taquilla.
Si algo caracteriza a las producciones de la Casa del Ratón. es que su arma “secreta” es la nostalgia. Además que la gran mayoría de sus películas animadas se basan en cuentos de hadas de dominio público, y el estudio nunca ha dudado en atacar su propia bóveda en busca de inspiración.
Disney nunca ha tenida muchas ideas propias, y si las tiene sólo basta ver la década de los 90, donde el estudio lanzó una serie de remakes de sus propias películas de live-action como ‘Homeward Bound: The Incredible Journey’, ‘The Parent Trap’, o ‘Flubber’. Además que en ese momento, fue cuando vino su primer live action con ‘101 Dalmatians’. Una película que fue muy bien recibida por todos (excepto claro, por los críticos), además que el largometraje fue impulsado por una increíble interpretación de Glenn Close como Cruella de Vil.
A pesar del éxito de ‘101 Dalmatians’, no sería hasta 14 años después que Tim Burton y Disney se unieron una vez más para sacar ‘Alice in Wonderland’ en 2010, y tras su rotundo éxito en taquilla, el presidente de Walt Disney Studios, Alan Horn, se inclinó por esta estrategia, ya que gracias a al desastre en taquilla que sufrieron por ‘Mars Needs Moms’, ‘John Carter’ o ‘The Lone Ranger’, fue por eso que el estudio regresó a la fórmula de los remakes con ‘Maleficent’.
Esa es la razón por la que los live-action de Disney han sido duplicados desde entonces, ya que el estudio ha visto que cuando intenta lanzar ideas originales (aunque en algunos caso sean buenos), no tienen el mismo éxito que un remake en live-action, y dado que ‘Beauty and the Beast’, ‘Aladdin’ o ‘The Lion King’, siguen aportando millones de dólares, y películas como ‘Tomorrowland’ o ‘Artemis Fowl’ no, todo indica que la Casa del Ratón no se detendrá con esta fórmula.