Si el video donde le sacaban un popote a una tortuga de sus fosas nasales, te hizo llorar, y a partir de ahí te uniste a movimientos para ya no usar más estos utensilios, ahora vas a estar un poco más tranquilo luego de que le podremos decir adiós a los popotes en los establecimientos de la CDMX.
Luego de que el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 245 votos en favor y 70 abstenciones de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos para disminuir el uso de popotes de plástico, pero sin prohibirlos.
El dictamen establece disminuir el consumo de popotes mediante acciones que promuevan los establecimientos de alimentos y bebidas, salvo si el usuario decide usarlos.
El documento remitido al Senado para sus efectos constitucionales busca alentar el consumo responsable de productos plásticos, ya que, por ser difíciles de recolectar y degradar, aumentan el riesgo de generar contaminación en el ambiente y afectar la biodiversidad.
Así propone transitar a “un consumo voluntario, dejando de lado acciones de orden prohibitivo”, de acuerdo a Miguel Ángel Ramírez Ponce, integrante de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, urgió a un consumo más racional e inteligente de plásticos, en particular de popotes, ya que su uso se ha hecho en forma desmedida.
Precisó que los popotes se fabrican con plásticos sintéticos, principalmente de polipropileno, que aumentan el riesgo de generar contaminación en el ambiente y afectaciones a la biodiversidad cuando se convierten en residuos sólidos.
Ramírez Ponce consideró que para minimizar los riesgos por la inadecuada disposición de estos materiales, es viable considerar acciones para que el uso de popotes se promueva mediante un consumo voluntario, primordialmente en los negocios de alimentos y bebidas, para fomentar hábitos de consumo eficiente, moderado y responsable.
Es importante mencionar que el 95 por ciento de los popotes no son reciclables y tienen una vida útil a veces casi instantánea, ya que sólo son utilizados por una única ocasión y en ocasiones ni siquiera se usan, simplemente se desperdician.
El consumo de popotes crea problemas ambientales y su empleo debe disminuir, hasta que la demanda se reduzca por parte de los consumidores y se dejen de producir.
Ahora solo esperemos que sea una realidad, debido que es una decisión que beneficiará a todo el mundo, y que los establecimientos estén de acuerdo con esta nueva aprobación que buscar reducir el daño ambiental.