Tras la trágica muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, se ha revelado que dejó una fortuna de más de 30 millones de dólares… y sin testamento. Luego de meses de incertidumbre, se confirmó que su único heredero será su hijo de 8 años, Bear Payne, fruto de su relación con la cantante Cheryl.
Esta decisión sorprendió a muchos, especialmente porque deja completamente fuera a su última pareja, Kate Cassidy. Sin embargo, la joven reaccionó con madurez y declaró que jamás estuvo con Liam por interés económico, y que respeta la decisión de que todo sea para el pequeño Bear.
La noticia ha generado reacciones encontradas entre los fans: algunos aplauden que el legado vaya a su hijo, mientras otros cuestionan que no se haya considerado a su pareja sentimental. ¿Tú qué opinas? ¿Fue justo o faltó previsión?