El fracaso de la nueva saga de mutantes parece que se debe a la propia casa productora, en una intensa conversación en Twitter el Guionista de X-Men culpa a Fox de los problemas que tuvo al escribir la que quizá sea una de las entregas menos criticadas de la nueva saga, pero no fue el único que se quejó, un colega de Marvel también tiene un par de cosas que decir.
La nueva generación de mutantes empezó en 2011, con ‘X-Men First Class’, bajo el mando del director Matthew Vaughn y los guionistas Ashley Miller, Zack Stentz, Jane Goldman y Matthew Vaughn, obteniendo principalmente buenas críticas, no así la última entrega ‘Dark Phoenix’, que fue la más criticada de toda la saga.
Todo empezó con Scott Derrickson, escritor y director de ‘Doctor Strange’ y ‘Doctor Strange: In the Multiverse of Madness’, quien se fue a Twitter para sacar algo que al parecer le molestaba bastante.
“Las fechas de lanzamiento de Studio son el enemigo del arte”, escribió Derrickson.
A lo que rápidamente se unió Zack Stentz, quien respondió “La fecha de lanzamiento de ‘X-Men: First Class’ (¡13 meses desde que fuimos contratados, sin director adjunto!) en mi opinión realmente ayudó a la película porque nos estábamos moviendo tan rápido que no había tiempo para que el estudio pudiera adivinar cosas o archivar los bordes interesantes de la historia”.
The hard release date for X-Men: First Class (13 months from when we were hired, with no director attached!) IMO actually helped the movie because we were moving so fast there was no time for the studio to endlessly second-guess things or file down the story’s interesting edges.
— Zack Stentz (@MuseZack) 16 de diciembre de 2019
Tal vez no sea un comentario tan negativo como parece, sobre todo por el éxito de la película, sin embargo, es un hecho que los guionistas se tienen que mover rápido, lo cual afecta directamente el resultado que vemos en pantalla.
Lo que seguramente afecto a las secuelas, que fueron bajando la calidad, donde seguramente los escritores tenían que apresurarse a escribir algo medianamente decente, sin importar mucho el contenido y por lo tanto el resultado.