Una de las familias más polémicas del mundo del espectáculo vuelve a dar de qué hablar, esta vez porque la fiesta de las Kardashian fue interrumpida por elementos policíacos.
Las hermanas volvieron a celebrar en grande y aunque esta vez pensaría uno que esto tendría un final diferente debido a que se trataba del servicio religioso dominical que realiza Kanye West, no fue así.
Sí, hay religión incluida en el escándalo.
Al evento asistieron gran cantidad de celebridades, entre ellas Courteney Cox, los recién comprometidos Katy Perry y Orlando Bloom, Kourtney y Khloe Kardashian, así como Kim Kardashian y su hija North West.
El anfitrión del majestuoso evento fue el rapero Kanye West, quien transformó su mansión de California, en una Iglesia que incluía un enorme coro y un grupo de góspel o música evangélica, quienes pasaron gran parte del día cantando y orando.
Dentro de la celebración pudo observarse a la pequeña hija de Kanye West y Kim Kardashian, North West, interpretando y bailando al ritmo de la música religiosa, algo que podría ser considerado como el comienzo de la posible carrera artística de la niña de 5 años.
Que no nos sorprenda si a los 6 años, North West saca su primer sencillo.
Pero a pesar de haber sido una celebración espiritual, el festejo terminó con la llegada de la policía, en atención a las constantes llamadas de los vecinos quejándose por el ruido que generaba la reunión.
El servicio dominical del cantante continúa atrayendo a otras celebridades, pero en esta ocasión los vecinos reclamaron del gran coro y la banda.
Hay quienes aseguran que cuando los oficiales llegaron al lugar, funcionarios del rapero salieron a platicar con los policías, pero la conversación no parecía ir en una buena dirección, por lo que las celebridades comenzaron a irse después que llegó la autoridad.