Aunque hoy están estrechamente ligados a la Navidad, los villancicos no siempre tuvieron un significado religioso. Su origen se remonta a la Edad Media en España, cuando eran canciones populares interpretadas por los habitantes de las villas, de ahí el nombre “villancicos”. Estas composiciones hablaban de la vida cotidiana, el amor y las tradiciones del pueblo.
Con el paso del tiempo, la Iglesia comenzó a adoptar esta forma musical debido a su popularidad y facilidad para conectar con la gente. Fue durante el Renacimiento cuando los compositores empezaron a integrar temáticas religiosas, adaptando los villancicos a celebraciones litúrgicas, especialmente a la Navidad.
Desde entonces, los villancicos evolucionaron hasta convertirse en una parte esencial de las fiestas decembrinas en muchos países. Hoy, estas melodías siguen transmitiendo alegría, nostalgia y tradición, manteniendo vivo un legado musical que tiene siglos de historia.

