La nueva versión de Wicked ha sorprendido al público al decidir no mostrar claramente el rostro de Dorothy, una decisión completamente intencional por parte de la producción. Este recurso busca mantener un aura de misterio alrededor del personaje, reforzando su papel simbólico más que protagónico dentro de la historia.

Además, la elección pretende honrar la memoria del clásico El Mago de Oz, donde Dorothy quedó para siempre asociada a Judy Garland. Mostrar un nuevo rostro podría generar comparaciones innecesarias o romper la imagen idealizada que el público conserva desde 1939.

Con esta decisión, los creadores buscan que los espectadores mantengan la conexión emocional con el ícono original sin distorsionar su legado dentro del universo de Wicked.