destruir un asteroide
Foto: Twitter @ArturoSandoval

Desde hace unos meses la NASA planteó la posibilidad de interceptar un cuerpo celeste y cambiar su curso, si representaba una amenaza palpable para la Tierra, pero un nuevo estudio reveló que destruir un asteroide no es tan fácil como se pensaba ¿Por qué?

Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins realizaron una simulación de coalición de un objeto parecido a los asteroides pero a menor escala y los resultados no parecen alentadores, pues si uno de estos objetos tiene un tamaño considerable no habrá nada que se pueda hacer.

Y es que en su tiempo la NASA aseguró que ya se cuenta con la tecnología suficiente para tratar de interceptar alguno de estos cuerpos celestes y destruirlo si es que representará una amenaza para la Tierra. Algo que se trató de hacer con una misión espacial que interpretó a Bennu.

Sin embargo, esta posibilidad podría ser bastante peligrosa, pues aunque se cuenta con las armas necesarias para tratar de destruir un asteroide, las partes restantes estarían viajando por el espacio y alterando la ruta de algún otro objeto. Muy parecido al efecto mariposa.

Se tendría que destruir por completo, como la estrella de la muerte cuando destruye Alteran ¿Lo recuerdas? Hasta no tener esa tecnología es arriesgado tratar de hacer una misión de ese tipo.

Charles El Mir, graduado de de doctorado del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Johns Hopkins y primer autor del estudio reveló que las rocas espaciales son más duras de lo que se pensaba:

“Solíamos creer que cuanto más grande es el objeto, más fácilmente se rompería, porque es más probable que los objetos más grandes tengan fallas. Sin embargo, nuestros hallazgos muestran que los asteroides son más fuertes de lo que solíamos pensar y requieren más energía para ser completamente neutralizados”, comentó.

¿Cómo descubrieron eso?

Desde el 2000 se crearon diferentes modelos de computadora con factores como masa, temperatura y fragilidad del material para simular la destrucción de uno de estos asteroides con otro objeto de menor tamaño.

Desde ahí se han hecho simulaciones en computadora, pero poco se sabía del material y la densidad de uno de estos objetos, hasta que la misión de la NASA logró traer muestras del espacio y se supo que la dureza de un asteroide es mayor a lo que se pensaba.

En el estudio, El Mir y sus colegas, aplicaron el mismo escenario en un nuevo modelo informático llamado el modelo Tonge-Ramesh, que explica los procesos más detallados y de menor escala que ocurren durante una colisión de asteroides.

Foto: Twitter @ArturoSandoval

“Nuestra pregunta fue, ¿cuánta energía se necesita para destruir un asteroide y romperlo en pedazos?” dice El Mir. La simulación se dividió en dos fases: una fase de fragmentación a corto plazo y una fase de reacumulación gravitacional a largo plazo.

El nuevo modelo mostró que todo el asteroide no está roto por el impacto, a diferencia de lo que se pensaba anteriormente. En cambio, el asteroide impactado tenía un gran núcleo dañado que luego ejercía un fuerte tirón gravitacional sobre los fragmentos en la segunda fase de la simulación.

Aunque parezca ciencia ficción los científicos de todo el mundo ya se hacen este tipos de cuestionamientos, pues nunca se sabe cuando realmente la humanidad necesitará de estas herramientas para detener algún asteroide que amenace la integridad del planeta.