El cine ha retratado el Año Nuevo como un momento de cambio, reflexión y nuevos comienzos, regalándonos escenas memorables. Un ejemplo clásico es El inocente (1956), cuya historia inicia precisamente en la noche de Año Nuevo y se desarrolla a partir de las decisiones y vivencias de sus personajes durante esa velada.

En El diario de Bridget Jones (2001), la protagonista aprovecha la llegada del nuevo año para plantearse propósitos que marcarán un antes y un después en su vida. Esta escena se convirtió en un referente para quienes ven en el Año Nuevo una oportunidad para reinventarse.

Por su parte, High School Musical (2006) comienza con una noche de karaoke en Año Nuevo, una escena que sentó las bases del romance y la historia que conquistó a toda una generación. Tres películas, tres estilos distintos y un mismo mensaje: cada Año Nuevo puede ser el inicio de algo inolvidable.